Soy un hombre muy masculino, alto, robusto, velludo, de presencia fuerte y energía pesada. Por fuera parezco dominante, pero lo que me prende es entregar el cuerpo y dejar que otros hombres lo usen como desean, de forma consensuada.
Me atraen los hombres rudos, maduros, gordos o velludos. Hombres con manos grandes, voz firme, olor a sudor y calle. No busco modelos ni cuerpos perfectos; busco peso encima, respiración cerca, fuerza que se sienta real. El tamaño no es lo importante, lo es la intención.
Fantaseo con encuentros donde yo me ofrezco, donde me colocan, me sostienen, me guían sin demasiadas palabras. Me excita sentir bocas, manos y cuerpos reclamándome, perder el control poco a poco, dejar que el deseo masculino me atraviese hasta quedar temblando y rendido.
Sueño con una habitación cerrada, luz baja, silencio tenso, donde pueda cerrar los ojos y dejarme llevar, sentirme usado, marcado por la intensidad del momento, hasta quedar exhausto, vacío y completamente satisfecho.
Busco hombres adultos, seguros de sí mismos, discretos y claros con lo que quieren. Todo se habla antes, todo es consensuado, pero una vez empieza, el deseo manda.
Si esta fantasía te prende y sabes manejarla con respeto, puedes escribirme.